Uno de los activos de las empresas más valiosos para los ciberdelincuentes son sus datos e información privada. Para que una empresa funcione correctamente, una de sus máximas prioridades debe ser la de proteger esta información.
Los ciberdelincuentes tienen diversas formas de acceder a los sistemas para el robo de datos, como ataques de phishing, de ransomware, de adware, etc. Pero todas estas oportunidades de ataque surgen a partir de la detección de una brecha de seguridad.
Una brecha de seguridad es un incidente o fallo en el sistema que posibilita el acceso no autorizado a datos informáticos, aplicaciones, redes o dispositivos. En otras palabras, permite acceder a información sin previa autorización.
Una de los ciberataques más comunes causados por una brecha de seguridad es la fuga de datos, que pueden afectar a individuos y a organizaciones, exponiendo información personal, financiera, etc., provocando consecuencias económicas y reputacionales.
Puede parecer que una fuga de datos es a causa de una brecha de seguridad, y, en muchos casos, así es. No obstante, existen pequeñas diferencias que nos permiten distinguir una brecha de seguridad de una fuga de datos.
Una brecha de seguridad se debe principalmente a un fallo en el software o el equipo que está siendo atacado. No actualizar el software del equipo es una de las principales causas de brechas de seguridad, ya que, a través de las actualizaciones, los proveedores de software implementan las soluciones a los problemas de seguridad que han detectado.
Centrándonos en las fugas de datos, la gran mayoría de veces se deben por una brecha de seguridad, pero también pueden ser causadas por culpa de un error humano. Por ejemplo, en los ataques de phishing, los ciberdelincuentes consiguen acceder a la información de la empresa sin necesidad de que haya una brecha de seguridad en el sistema. Estos mandan un correo a un usuario, invitándolo a clicar en un enlace malicioso o a descargarse un archivo para que ejecute malware en el sistema, para poder acceder a la información.
Tanto para las fugas de datos como para las brechas de seguridad las medidas preventivas son muy similares.
Tanto las brechas de seguridad como las fugas de datos son amenazas significativas para cualquier empresa, ya que ponen en riesgo la integridad y confidencialidad de su información. La formación continua de los empleados y el uso de herramientas de ciberseguridad avanzadas son claves para reducir las vulnerabilidades y fortalecer la seguridad de la empresa frente a posibles ciberataques.